
Cómo crear un plan de emergencia familiar para las primeras 72 horas
Share
Tener suministros es solo una parte de estar preparado. Igual de importante es saber qué hacer cuando ocurre una emergencia. Aquí es donde entra en juego un plan de emergencia familiar. Las directrices de preparación civil de la Unión Europea enfatizan que cada hogar no solo debe tener un kit de emergencia, sino también un plan claro de comunicación, roles y evacuación durante las primeras 72 horas de una crisis. En este artículo, te guiaremos en la creación de un plan de supervivencia de 72 horas para tu familia. Desde cómo mantenerse en contacto si se separan, hasta decidir a dónde ir si hay que evacuar, cubrimos todos los pasos esenciales con una lista de verificación para que no se pase por alto nada.
En un desastre, el caos y la confusión son comunes, pero un plan bien ensayado puede reducir enormemente el pánico. Cuando cada miembro de la familia conoce su papel y los procedimientos, la respuesta ante una emergencia se vuelve más rápida y efectiva. El objetivo es tomar decisiones críticas antes de que ocurra una emergencia, cuando se puede pensar con claridad, en lugar de improvisar en el momento. A continuación, desglosamos el proceso para construir el plan de emergencia de tu familia.
¿Por qué necesitas un plan de emergencia familiar?
Un plan de emergencia familiar es, esencialmente, un esquema de cómo reaccionará tu hogar ante una emergencia. Responde preguntas como: ¿Cómo nos mantendremos en contacto si las líneas telefónicas fallan? ¿Dónde nos reuniremos si evacuamos por separado? ¿Quién hará qué durante una emergencia? La Comisión Europea, en su reciente impulso por la resiliencia, señaló que los ciudadanos deberían tener “un manual de qué hacer cuando suenan las sirenas”, es decir, instrucciones claras para actuar en crisis. Tener un plan aumenta la confianza y asegura que cada persona sepa cómo protegerse y ayudarse entre sí. También se alinea con la estrategia de la UE de pasar de una "dependencia pasiva a una preparación activa"; las familias preparadas contribuyen a una nación preparada.
Considera los distintos escenarios posibles: una gran tormenta que derriba líneas eléctricas y de telefonía, un incendio forestal o un accidente industrial que obligue a evacuar repentinamente, o un incidente de seguridad que exija refugiarse en casa. En estas situaciones, los miembros de la familia pueden estar en diferentes lugares (trabajo, escuela, etc.), y los medios normales de comunicación podrían fallar. Un plan de emergencia familiar establece cómo se comunicarán y se reunirán en tales circunstancias. También cubre detalles prácticos como quién recoge el kit de emergencia, cómo cerrar el gas, qué ruta seguir para salir del vecindario, entre otros. Fundamentalmente, debe estar escrito y ser comprendido por todos, incluidos los niños, quienes también deben saber qué hacer si escuchan una alarma de incendios o una sirena de emergencia.
En Europa, las autoridades están empezando a fomentar que hacer estos planes sea parte normal de la vida diaria. Muchos países ya incluyen listas de verificación de planes familiares en sus directrices oficiales. Crear un plan de emergencia familiar no es difícil, y la tranquilidad que brinda es incalculable. A continuación, presentamos los componentes clave de un plan de emergencia familiar robusto, adaptado para las primeras 72 horas de cualquier crisis.
Componentes clave de un plan de emergencia familiar de 72 horas
1. Discusión familiar y evaluación de riesgos: Comienza reuniendo a tu hogar (incluidos los niños mayores) para hablar sobre los tipos de emergencias que podrían enfrentar: desastres naturales (inundaciones, terremotos, tormentas) o incidentes tecnológicos o de seguridad (derrames químicos, incendios, apagones). Hablen sobre qué hacer en cada caso, pero céntrense primero en los elementos comunes: pérdida de energía, necesidad de evacuar o necesidad de refugiarse. Asegúrate de que todos entiendan por qué la preparación es importante. Esta discusión inicial crea colaboración y garantiza que se escuchen todas las preocupaciones.
2. Lista de contactos de emergencia (Plan de comunicación): Crea una lista de números telefónicos importantes que puedas necesitar en una crisis. Esta lista debe incluir: el 112 (número universal de emergencias en Europa), números de policía y bomberos locales (si son distintos), médico de familia, centro de control de intoxicaciones, líneas de emergencia de servicios públicos (gas, electricidad), y vecinos o familiares cercanos. También incluye un contacto fuera de tu zona: elige un pariente o amigo fuera de tu área inmediata para actuar como enlace. A menudo es más fácil llamar a números lejanos cuando las líneas locales están saturadas. Escribe todos estos contactos en papel – no dependas únicamente de la agenda del móvil. Guarda copias de esta lista en tu kit de emergencia y en las carteras de los miembros de la familia. Asegúrate de que incluso los adolescentes recuerden al menos uno o dos números de memoria en caso de pérdida del teléfono.
3. Estrategia de comunicación: Decide cómo se comunicará tu familia durante una catástrofe. Por ejemplo, si ocurre una emergencia mientras todos están en el trabajo o la escuela, establece quién llamará a quién. Podrías acordar que “si ocurre X evento y los teléfonos funcionan, todos enviaremos un mensaje SMS o por WhatsApp a mamá/papá”. Si los teléfonos fallan, planea alternativas: un punto de reunión predefinido puede ser el respaldo. También considera usar múltiples canales: los mensajes de texto SMS a menudo se envían cuando las llamadas de voz no lo logran, y las aplicaciones de mensajería pueden funcionar con wifi incluso si la red móvil colapsa. Enseña a todos a enviar mensajes de texto rápidos. Para los niños pequeños, proporciona una tarjeta de contacto de emergencia que lleven en su mochila escolar.
4. Puntos de reunión y rutas de evacuación: Planifica lugares seguros de reunión en caso de que la familia esté separada cuando haya que evacuar o si tu hogar resulta inseguro. Establece al menos tres puntos:
- Justo fuera de casa: Un lugar específico como un árbol o la casa de un vecino cercano, para casos de evacuación inmediata (incendio, por ejemplo).
- En el barrio: Un parque, biblioteca o casa de un amigo, si no se puede volver a casa o el área cercana es peligrosa.
- Fuera de la ciudad: Un destino en otra localidad (casa de un familiar, hotel) en caso de desastre regional.
Define rutas de evacuación alternativas. Identifica al menos dos salidas de tu casa y dos rutas para salir del barrio. Marca estos puntos en un mapa familiar y asegúrate de que todos conozcan el plan.
5. Roles y responsabilidades familiares: Asigna tareas específicas a cada miembro de la familia para evitar confusión durante la emergencia. Por ejemplo:
- ¿Quién recoge el kit de emergencia? Designa a alguien para llevar la mochila de 72 horas.
- ¿Quién ayuda a niños o personas mayores? Establece quién asistirá a los miembros más vulnerables.
- Cuidado de mascotas: Decide quién se encargará de ellas y de sus suministros.
- Apagar servicios básicos: Indica quién sabrá cortar gas, agua o electricidad si es seguro hacerlo.
- Responsable de comunicación: Una persona debe encargarse de contactar al familiar designado fuera de la zona afectada.
- Primeros auxilios: Si alguien tiene formación, será responsable de atender heridas leves o administrar primeros auxilios.
Definir funciones claras reduce duplicaciones y asegura que todas las tareas críticas se realicen rápidamente.
6. Coordinación con autoridades locales: Mantente informado de las instrucciones oficiales: alertas por SMS, radio, aplicaciones móviles gubernamentales, etc. Asegúrate de que toda la familia conozca las vías de información y los refugios designados en la zona. Participar en simulacros comunitarios refuerza la preparación y proporciona práctica realista. Inscríbete en sistemas de alertas si están disponibles en tu país o ciudad.
7. Documentación del plan: Escribe el plan familiar de forma clara y accesible. Incluye la lista de contactos de emergencia, puntos de encuentro, rutas de evacuación, roles asignados, y cualquier instrucción especial (como apagar servicios básicos). Guarda copias en el kit de emergencia, en un lugar visible del hogar (como la nevera), y, si es posible, en formato digital en los móviles.
8. Prácticas y simulacros periódicos: Ensayar el plan es esencial. Realiza ejercicios prácticos al menos una o dos veces al año: simulacros de evacuación, apagones controlados, prácticas de comunicación de emergencia, etc. Ajusta el plan según las lecciones aprendidas en cada simulacro.
9. Planes específicos: Adapta tu plan a riesgos particulares (inundaciones, incendios forestales, pandemias, discapacidades familiares, etc.). Añade anexos simples si algunas situaciones requieren acciones específicas, pero mantén el núcleo del plan fácil de recordar.
10. Cooperación comunitaria: Conoce a tus vecinos, comparte información básica y apóyense mutuamente si es posible. Informa sobre los protocolos de emergencia de la escuela de tus hijos y tu lugar de trabajo para integrarlos en tu planificación familiar.
Conclusión: Tener un plan de emergencia familiar claro y practicado transforma el miedo en capacidad de acción. Con comunicación, evacuación organizada, roles definidos y actualización constante, tu familia estará preparada para afrontar los primeros 72 horas de cualquier crisis con mayor seguridad y serenidad.